Esta entrada se compone de extractos de Derivas de la Autoría (Taller Editorial La Balanza, Lima, 2020), libro que a su vez se compone de extractos de plagie copie manipule robe reescriba este libro de No solamente Valeria Mata (Ciudad de méxico: autoedición, 2018). Este último incluye en su página legal la siguiente nota: «NINGÚN DERECHO RESERVADO. Las palabras y sus posibles combinaciones son una propiedad colectiva, por lo que compartir este texto no constituye un delito. Puede prestarse, copiarse, retocarse o plagiarse creativamente, siempre y cuando no se haga con fines de lucro y se mantenga esta nota. Es mejor que un libro camine a que se quede encerrado en una caja».

Lo impreso, que en otro tiempo fue el vehículo de la verdad –religiosa, intelectual, académica– podía prestarse a ser vigilado, regulado y censurado por aquellos que controlaban los procesos de producción, edición y distribución. Sin embargo, las nuevas prácticas de lectoescritura que el internet posibilita suponen un desafío a la autoridad literaria institucional y a su control sobre la producción y difusión de los materiales (10).

[Po]dríamos cuestionar las representaciones que ubican en un lugar privilegiado a la  figura del artista o del autor como genio creador y mistifican el hecho artístico, para considerar más bien que ninguna obra surge de manera aislada y espontánea, sino en el marco de relaciones sociales (08).

[L]as posibilidades tecnológicas que ha propiciado el surgimiento del internet han hecho posible que los usuarios sean a la vez generadores de contenidos, editores o críticos. Hay una multiplicación cada vez mayor de textos colectivos, blogs grupales, páginas web que sobreviven gracias a la colaboración: la información electrónica se resiste a tener dueño (10).

Escribir, en este nuevo contexto, puede entenderse como la edición infinita de textos disponibles en el ciberespacio, generados previamente por otros y sujetos a continuas modificaciones. El autor se presentaría entonces como un procesador de textos y materiales múltiples. Esta idea nos remite a la noción de ‘hipertexto’, que a diferencia de un texto tradicional con estructura lineal, se caracteriza por su construcción en red, su multilinealidad y sus conexiones con otros textos (13).

La tendencia contemporánea a la hipertextualización provoca que sea difícil distinguir entre la lectura y la escritura, pues ocurre que por un lado el autor es también un lector que recoge y organiza información, y por otro el lector es igualmente un autor que participa en la redacción del texto al definir una ruta distinta de lectura entre muchas posibles, introducir nuevos materiales o establecer nuevos enlaces entre textos e imágenes separadas. Así, los hiperdocumentos abiertos son poderosos instrumentos de escritura–lectura colectiva (13).

En un proyecto como la Biblioteca de la Red Impresa la autoría pierde sus límites claros, ya que se trabaja con materiales preproducidos y disponibles en la red para coleccionarlos, editarlos, manipularlos y construir una pieza distinta (13-14).

Sin embargo, no debemos olvidar que los intercambios de bienes simbólicos en la red son intensos, pero no todos ellos son simétricos, que el internet no es una red neutral ni democrática en sí misma y que sus usos y posibilidades dependen de intereses especícos (18).

Son conocidos varios casos en los que el material inicialmente pensado como un bien público y gratuito, termina usándose de forma inesperada por empresas privadas que lo capitalizan sin necesariamente retribuir a quien produce el material. Seguimos suministrando y difundiendo contenidos en plataformas para las que nos hemos convertido en herramientas. es decir, somos nosotros quienes producimos los contenidos como prosumidores sin ser remunerados (18).

Por otro lado, el reto de un mayor acceso no puede reducirse a dimensiones puramente tecnológicas, es decir, no es suficiente contar con un equipo (computadora, tableta, teléfono celular) dotado de todos los programas para superar las brechas de desigualdad. Como tampoco basta con que cada vez más información esté disponible para los usuarios (17).

Una cuestión es el acceso y otra la posibilidad de comprensión de la información y la apropiación de los conocimientos. Lo deseable sería que cada vez más usuarios estuvieran en condiciones de participar activamente en los procesos de aprendizaje y producción de conocimiento colectivo. Para ello, son necesarias una serie de competencias que no se desarrollan de forma espontánea, sino política y socialmente.

No solamente Valeria Mata, p. 17 de Derivas de la autoría

La producción del texto ya es valiosa solo por las relaciones sociales en las que se inserta. Entendida así, la práctica de la edición no es algo que suceda al final de un proceso de pensamiento ni puede reducirse a trabajar para producir un objeto legible y vendible, sino que implica la construcción de un proceso social que genere las condiciones para que surja una coproducción del signi cado. andré Breton tenía razón: se publica para encontrar camaradas (21).

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí